Jordi Lahispaniola


Asistente de artistas... ahorita mismo descansando


Óscar Fisterra y La Casa de las Flores


             Ayer me llamó Óscar Fisterra, amigo y crítico literario, para tomar un vino y ver una colección de objetos raros en La Casa de las Flores.    

        Yo iba un tanto acelerado por los pasillos de la famosa Casa sin detenerme en nada, pero me paré ante un libro encuadernado en arpillera, con una paloma blanca dibujada en la tapa y bordada en hilo verde. Un ejemplar único escrito por Neruda e ilustrado por Lorca en honor de Doña Sara Tornú de Rojas Paz. Una rareza bibliófila, única edición de “Paloma por dentro”, hecha a mano.

            Conté a Fisterra que existía una lista de las mejores poesías de amor de todos los tiempos, que no está seleccionada por Francisco Rico ni Luís María Ansón ni por Antonio Gala, era una lista distinta, propia, inevitable, sin la que no se puede dar dos pasos o dos versos, sin la cual uno va desnudo agarrado al Smartphone o amanece intranquilo, una lista para amantes o personajes de verdad que superan al poeta y que lo elevan en un corazón de pulpa y cuarzo, algo así como en globo aerostático, diseñado frágil y caro, y desde donde habitar el Mundo con perspectiva Planetaria.

           A esa lista bien pudiera sumarse –añadí–  el Poema 20 de Elías Deià:

Elías Deià, poeta jondo


         algo cansado si pienso en las últimas semanas todo color naranja oxidado

      subimos una escalera desvencijada y jordi me hizo entrar a tientas a un estudio de playa

       la hemorragia del sol puso perdida la tarde salí a la terraza a cantar 

                 escribir no salva como creían pepe hierro y ángel gonzález y como desearíamos todos pero sí que alivia

Elías Deià, poeta caribe


   
             elías creía a ojos cerrados en signos de bienaventurados y ciertas supersticiones haitianas  -por ejemplo-  no se debe atravesar el océano porque se orina sangre

            así es la maquinaria fantástica de la heteronimia el ser múltiple de las “verdades” de las vivencias el fracaso de la inquietud moderna como las virtualidades de pessoa un desastre que le impedía en el sentido común del término ser poeta

            lo que le pasaba a elías es que no dejaba de leer poesía caribe repletita de tiburones tigres y magia simpática y aquellas cinco morenas agraviadas todavía clavaban alfileres en su figura de barro y al él le pasaban cosas increíbles como que lloraba por las uñas por los dientes o por los genitales y de una manera elástica sufría una inquietud silenciosa maloliente y tácita

Sueños de Homero



la máxima de mi padre que más bien era de homero dice que los sueños son de júpiter y que él los envía y que un día han de realizarse

Elías Deià, foto poeta


El infierno es estar ahí, en ese poema medio construido o no estar o no acabarlo. Los directores de cine prefieren la garantía de un final feliz.
Elías va dibujando círculos a lo largo de la ría, yo le preguntaría, pero sé muy bien que no habla.
No quiere decir tu nombre, no hace falta, tú lo arrancas sin esfuerzo y tal vez digas el suyo.
Más bien cae la tarde que nadie quiere, cuando el poeta guarda silencio, fuma y escribe con mi mismo lapicero.
Fui alguien que casi conoció a Elías Deià: quién era, quién es, a quién hablo, qué escribo.