Jordi Lahispaniola


Asistente de artistas... ahorita mismo descansando


Elías Deià amanece, que no es poco

                  Ayer Elías Deià hizo de hombre invisible... desapareció bajo un litro de ginebra.

         Una noche más no ha podido olvidar la medida de la musa azul, sus lindas proporciones clásicas o su voz rasgada.




              Hoy tiene otro día más para no entregarse del todo a nada, para no tener más vida que la escrita, para acabar siendo un personaje de mí mismo.


              Elías se entristece de ser un artista golfemio, de esos que acaban aburriendo a sus mujeres o a sus musas. Hoy su poesía se la trae un poco floja, lee detrás de su máscara quemada y su otro yo acumula silencio, ausencia y vértigo.


                Basta ya de verdades baratas, la felicidad es para quien la trabaja, qué la poesía no sirve para nada es una idea bien extendida entre poetas. Quisiera yo ver a Míster Deià sin poemas, a ver como evita pegarse un tiro.

        Elías calla mientras bebe para olvidar mejor, pero no funciona, será mejor que deje de beber y salga a la calle a hablar con lo que tropiece o se ponga a escribir de una vez por todas.