Jordi Lahispaniola


Asistente de artistas... ahorita mismo descansando


El fantástico hombre corazón bala

                        La inteligencia consiste en salir por un agujerito en el momento que no hay salida, como la mosca encerrada en el tarro de cristal de WittgensteinPero mi oficio o mi tarro de cristal son distintos: mi corazón sale disparado por la boca de un cañón y cada noche se sucede el espectáculo. Soy el fantástico hombre corazón bala. La inteligencia, en esta situación, podría ser más bien lo contrario: dejar de huir del tarro de cristal.

 
                 Puedo resumir la historia de mi vida en quinientas una detonaciones y, aún, me sobrarían quinientas noches de explosiones y saltos al vacío. La última traca del corazón siempre vuela más alto, da más luz y es la más bella de todas.


                No está bien que yo diga aquí el profundo dolor y la auténtica desesperación que cada noche sufro. Eso queda para el espectáculo, para las lágrimas de la princesa azul y para el aplauso del público. Pero si diré que tengo la sensación de ir descalzo sobre las ascuas de un bosque incendiado, por eso corro mucho y vuelo alto, quiero verlo todo desde arriba, romperme en mil pedazos y brillar con una luz roja y azul.
             
              Cuántos corazones más deben explotar antes de disolverme en mil pedazos, cuántas noches se sucederá el espectáculo antes de confesar verdadero amor, cuántas pólvora malgastada debe arder en el cielo antes de parar. Los enamorados gustan de corazones sostenidos en el aire, esta explosión, esta imagen, esta sucesión de fuegos de artificio ciertas veces no es suficiente.

             El tiempo para el fantástico hombre corazón bala se esfuma. Ya es hora de abandonar los disfraces, dejar de huir por el cañón y su única salida, de explotar en las alturas  para ver las fronteras del amor y sonreír a las fronteras del cielo. La noche es un manto de raso azul y basta ya de rasgar a cada instante tan delicada imagen. A los verdaderos amantes les es imposible decir que el amor es una ruina,  que el amor es una explosión sin más, que el amor es una serie repetida de fuegos de artificio. El amor -si algo es-  es un espectáculo sin fin.