Jordi Lahispaniola


Asistente de artistas... ahorita mismo descansando


Váyase a la mierda con Elías Deià

                 Estimado Elías: es hora de defender los últimos cisnes de cuello negro que van quedando a patadas, las Musas nos darán las gracias y perdonarán todos los delitos de amor que hayas cometido, amnistía de  amor  amor  amor    y   –por favor–  no formes más parejas, en tus parejas sólo hay derrota.
                Vete destruyendo todos los papeles, la poesía te sigue los pasos   –a mí también, a todos nosotros–   estás cansado de la poesía, de toda la poesía, hasta cuando duermes tienes sueños textuales de poeta, por las mañanas meas poesía, tan poesía como la cítara o fumar o viajar o hacerse un vino.
                No te quedan ganas de escribir, la broma duró ya bastante y andas aburrido de tenerlo todo en contra. Palabra que das lástima  –querido Deià–  te vendrían bien unos poquitos consejos de carácter práctico: levántate temprano, desayuna ligero con una taza de agua caliente, que el zapato no te sea muy estrecho, y sal a la calle a ganarte la vida, quién no te conozca que te compre, como solía decir tu padre, de profesión mercantil.
                  Siempre he pensado  –a propósito de tu carácter–  que te fuiste volviendo más distante, menos sociable, alguien así recién desengañado, a quién el orgullo, la necesidad de amor y la autodefensa (a veces excesiva) volvieron huidizo, ridículo o absurdo, palabras que a tus amigos nunca gustaron… en resumen, en síntesis, en buen romance: a muchos de tus problemas les diste esquinazo.  
     
           Tenías ese rasgo capitalino, que te hacía parecer de una clase social acomodada y lúcida (rasgo importante en la ciudad vieja del reino) pero que, en realidad, nunca fue la tuya, en tu familia se hacían los filetes con suela de zapato, tenían la lucidez del que se sube a la silla a darle cuerda a un reloj digital, se vestían de hombres rana para zambullirse en un bidé al que llamaban pantano, tu familia atentó contra la tumba del soldado Desconocido y cambió la palabra “soldado” por poeta o amante.
                Elías  –amigo– deja de lanzar tus flechas turulatas contra el mar, eres un maldito que se entretiene tirándole nubes a las piedras  –enemigo mío– vete a la mierda, basta ya de arrodillarse ante los cerezos en flor, lánzate al vacío o atrinchérate en el trastero, me pregunto por qué no haces algo más interesante en la vida, quizá ni tú mismo lo sepas.
                Siempre lo tuviste un tanto confuso, pero los demás lo tuvieron bien claro: en la vida tenían que talar un árbol, quemar un libro y provocar un aborto. Tú te rebelaste,  Elías es Otro, Elías es nadie, Elías es un muñeco , un link en internet cuya dirección en el ciberespacio a nadie importa. Créeme que pareces verdadero, pero eres un vago farsante, sin un pan que llevarte a los poemas sin un amor en el que plantar un árbol . No me explico por qué no enmudeces, debe ser por razones personales o por motivos de fuerza mayor y en ese caso prefiero quedarme callado.